Es una de las nuevas bandas independientes de Mar del Plata.
El invierno recorre su música: guitarras densas y una estética que vira hacia el azul frío se mete en sus videos, en los que suele haber bosques al atardecer y ella que llega con su voz a una poesía que oscila entre el amor y el desamor, sus grandes temas. Con 27 años, lidera la banda “Julie on Winter”, una de las formaciones musicales independientes más nuevas de Mar del Plata.
Julie, que nació en Mar del Plata como Julieta, sabe que en ese sonido tan particular que logró consolidar con su banda tiene algo que ver con el punk, su primera pasión. Y más tarde con The Cure, el enorme grupo británico que le “voló la cabeza”. Mucha música de los ’90 también se le cuela en cada acorde: The Smiths, por ejemplo.
“La música es una forma de decir las cosas que no me atrevo a poner en palabras”
“Arranqué muy chica escuchando punk, después me fui aburriendo y encontré otras ideas que eran más ricas” en la música, reconoce la cantante, guitarrista y compositora, cuya primera banda “Dear Sarli” fue, justamente, de punk.
Junto a su compañera Camila Yanícola en batería y los músicos Mariano Paci en bajo y Santiago Herrera en guitarra (quienes forman la banda), Julie tiene previsto viajar a Buenos Aires para grabar nuevas canciones en Romaphonic, una invitación que les hicieron recientemente. “Es una sesión audiovisual, vamos a ir a grabar los temas nuevos, que daremos a conocer de a poco”, contó a LA CAPITAL.
Mientras tanto, retoma sus estudios de canto en el Instituto de Profesorado de Arte de Mar del Plata. Quiere así dejar de lado la impronta autodidacta que la viene acompañando desde que se dio cuenta de que la música era su camino en el arte.
Mirá el video Declaraciones acá:
Recordó sus inicios: “Me regalaron una guitarra que estuvo ahí bastante tiempo en mi casa, porque no sabía usarla. Hasta que a los trece la agarré, me animé a insistir a que me mandaran a aprender el instrumento, fui dos clases y con lo poco que aprendí me sirvió”.
Primero empezó con la guitarra criolla, más tarde pasó a la eléctrica y el instrumento se fue convirtiendo, de a poco, en su herramienta de comunicación por excelencia.
Se sabe introvertida, tímida y temperamental. Aún no sabe cómo presentar sus canciones ni qué decir entre tema y tema cuando se presenta en vivo. Pero no le importa demasiado: el fervor por hacer música es tan grande que cubre cualquier bache. Y la adrenalina de los recitales le gusta.
“La música es una forma de decir las cosas que no me atrevo a poner en palabras, me cuesta mucho comunicarme y siempre en las canciones me expreso mejor, me resulta más fácil”, dijo. Y dio detalles de su método: “Primero aparece la música, después viene la letra, por lo menos así es para mí. Cuando tengo armado el tema lo llevo al ensayo, ahí lo desmenuzamos y le agregamos, le sacamos, hasta que va quedando mejor”.
Lo que sí sabe es que la inspiración nunca llega de la nada. “La canción aparece mientras estoy zapando sola. Empiezo a escribir todo lo que se me viene a la cabeza y generalmente es de amor o desamor, lo que primero me sale, me viene automáticamente”. La joven música que ama el invierno -“es mi estación favorita”- sabe que esas son las historias que llenan, por ahora, sus días.